miércoles, 20 de febrero de 2013

Caminos rectos (junio 1990)


Al abrir los ojos
empecé a intentar caminos rectos.
Me apuntalaron morales prestadas
de religiones, sociedades y familias.
Las probé. Se corrió mil veces
esa línea.
El llano estaba tan lleno de resquicios.
Viví tres cuartos de los días
frente a precipicios.
Yo caí en ellos y subí lentamente
y lastimada.
Hubo parajes en que creí
en el descreimiento,
en lo amoral, lo asexual, la nada,
el caos, lo infernal, la guerra
y volví al piso
sintiendo que no era eso verdadero
y tampoco humano.
Lo que quiero
sigue siendo difícil experimentarlo.
El mundo, como lo vio Hesse,
absolutamente mitad bueno, mitad malo.
Aceptarlo sin caer en ser mediocre
es un paso crucial, duro de darlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario