lunes, 4 de marzo de 2013

CAOS (JUNIO 2011)


Un ardoroso nudo
anida en mi torso,
una inquietud
irrefrenable, aquí en mis piernas;
desde que toqué tu cuerpo
no hay más que locura
en el mío y desenfreno.
Locura, dolor y todo a pleno.
Me clava una espada
tu mano con pulseras,
me tira una bengala
tu sexo certero,
me estrujan tus brazos
tan sin miedo,
y tus ojos, como decirlo
son taladros de acero.

Si apenas puedo respirar,
apenas vivo,
porqué es tan profundo
el desamparo
si debería
ser feliz por haberte
al fin, hallado.
Tan revulsivo siempre
es mi estado,
como un Estado de Africa:
negros y caos.
Tan oscura soy?
tan retorcida,
que me encadeno
a una pasión
que me anula y domina.


Mis dias son, hacer
cosas maquinalmente:
me tomo unos mates,
hago fierros
obsesivamente,
como si en ello se fuera
a extingir el fuego
que me lleva
con la mente en blanco,
como un perro
siguiendo un rastro
débil pero cierto.

Me envenena tu voz
y tu caricia.
Y que me digas, te amo
me condena
a entregarme
como esclavo abisinio
sin papeles ni prebendas.

Ya se lo dije a Anita,
hubiera querido
(como si yo pudiera
elegir un camino…)
un hombre con menos imán
para mis venas.
Son casi las doce
y estoy en vela,
como estaré toda la noche
sin sentido.
Destruye mi cuerpo,
bajé dos kilos,
y aun asi
tiro más leña.

Maduramente sé´
que esto es amor.
No gano en mentirme.
Antes podia dudar
ingenuamente;
sabia menos de mí
otros otoños
en que la razón del deber ser
lo eran todo.
Desnuda de disfraces,
de reparos, de tapujos,
de rellenos, de mañas
desnuda al fin, como soy entera,
me quemo, me destruyo
en tu caos de interminables parisienne
y lunas llenas.
En las sorpresas, las risas
en los besos, en el cuerpo
en el brillo de un aro indecente
en lo amoral
lo sexual
lo repentino,
dejando mis construcciones,
por sentirte un minuto.



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