Encuentro con desencuentro.
El cielo siempre es el mismo
capaz de contener y explotar
arriba de los techos y los cuerpos.
Permeables, espasmódicas
las pupilas se beben el encuentro.
Y aunque dijiste
que el mejor polvo es hoy,
y al segundo mejor
lo fracciono y retengo,
la música termina.
Disfrazo la ausencia de misterio;
girasoles en las manos
y un boleto
del tren que no pasará por el desierto.
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