martes, 15 de octubre de 2013

SÁBADO (27-8-1988)

Detrás del sol, tal vez ahora mismo
me espera un águila,
una fuerte sensación de libertad
o tal vez nada.
Detrás de cada hora que es un rito
se desploma
una célula de mi cara.
Cuadernos, libros y el desorden;
el polvo y el silencio me rodean,
son míos, debo amarlos.
Asumir que no habrá ruidos amigos
será empezar a querer
lo que me es dado.
Yo lo quise y di todo por tenerlo:
horas de mi sueño,
carne de caricias y de besos,
olas de palabras y perdones
y también silencios.
Yo lo quise, pero en el callejón
de los encuentros
hay más trenes perdidos
que viajes hechos;
hay más gente en los andenes
que viajando.
Algunos no están dispuestos
a pagar el precio,
otros ya no tienen plata,
otros dieron, de más, tanto dinero.
Siempre habrá estafadores
que nos venden boletos
de los trenes ya partidos.
Yo miro mi boleto azulino
y me río por no dejar caer
ya ni una lágrima.





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